Los que vienen y los que no se quieren ir: dos caras de la profesión médica 

18.09.2018

Según los datos de Comisiones Obreras, el 40 por ciento de los 200.000 empleados deberá jubilarse de aquí a 2025 


La jubilación forzosa de miles de médicos en los próximos años ha provocado un estado de alarma en el sector, que tendrá que abordar un relevo generacional a contrarreloj, lo que provoca ciertas dudas entre los profesionales. "Hoy estás con sobrecarga de trabajo y mañana, jubilado, el Sistema se ha olvidado de ti", lamenta Víctor Suberviola, médico de 63 años. Según los datos de Comisiones Obreras, el 40 por ciento de los 200.000 empleados deberá jubilarse de aquí a 2025, lo que plantea un escenario que precisa medidas urgentes. Por su parte, los médicos que ya están a puntos de decir adiós a su carrera critican que no se permita seguir trabajando a los que llegan a la edad límite con óptimas capacidades, aunque "confían" en los nuevos médicos para asumir la responsabilidad. Ellos, por su parte, se lo plantean como un "reto".
"El Sistema Público tiene una característica y es que carece de política de Recursos Humanos, de tal forma que nosotros nos regimos por el Estatuto de los Trabajadores o por nuestra categoría profesional. Debería haber una política definida al respecto que recoja una carrera profesional bien definida, así como retribuciones diferenciales según niveles deconocimiento y responsabilidad", considera José María Izagoñola de Miguel, que lleva trabajando en el hospital de Motril más de tres décadas y tan solo le quedan unos meses para jubilarse, tras 43 años en la profesión.
En su opinión, "con la falta de previsión que ha habido no se han tenido en cuenta algunos aspectos como la edad de grupos profesionales, de distintas especialidades o distinta manera de trabajar. De tal forma, no se ha hecho una previsión respecto a cupos que tenemos una edad bastante homogénea", denuncia el médico, que advierte de la situación compleja que se presenta en los próximos años: "Uno de los retos que se plantea a partir de ahora es la sustitución generacional porque puede que no haya una adecuación de los recursos disponibles respecto a la pérdida que va a haber de jubilaciones".
JUBILACIÓN FORZOSA
Para el médico de Motril, el error principal está en la obligatoriedad de dejar su puesto cuando un médico llega a la edad máxima permitida. "La jubilación de un profesional como nosotros no va ligada a la edad profesional sino a otra serie de circunstancias que son más concretas hoy en día, como el problema de la financiación de las pensiones", lamenta el doctor, que añade: "Yo tengo 66 años y el año que viene no me queda más remedio que jubilarme. Pero yo estaría dispuesto a seguir, porque tengo suficiente capacidad física y motivacional para seguir trabajando, pero no puedo. La jubilación no debería ligarse a la edad sino a otra serie de cuestiones, relacionadas con el desarrollo de las competencias profesionales, las expectativas y la capacidad del trabajador".

María Victoria Gómez, responsable de Desarrollo Profesional de la FSS-CCOO


María Victoria Gómez, responsable de Desarrollo Profesional de la FSS-CCOO, ahonda en el asunto. "Ha habido diversas iniciativas a nivel autonómico para jubilarles de forma forzosa y los tribunales las han declarado no ajustadas al Derecho. Cada vez es más urgente tomar medidas", advierte Gómez, que considera que se está "gestionando mal" el tema de las jubilaciones: "No hay una mínima planificación de los recursos. Nosotros venimos diciéndolo desde hace mucho tiempo, tanto en nuestros estudios de empleo como en los de presupuestos o en las plazas de personal y formación se ha alertado de que, en el caso de los médicos, el número de profesionales que se vienen formando no es suficiente para reponer a todos aquellos que se van a jubilar".
Igual que su compañero, Suberviola también cree que se podrían considerar medidas menos drásticas que la jubilación forzosa: "Habría que buscar fórmulas alternativas, que te pudieras quedar de consultor, con una jornada reducida o que te librasen de los avisos que, en un momento determinado, te puedan resultar complicados, si hay necesidad y hay médicos...", expone el médico, que trabaja en el centro de salud Nazaret, en Valencia capital, donde lleva casi treinta años.
SOLUCIONES ALTERNATIVAS
En su dilatada experiencia, Suberviola ha visto la evolución del sistema sanitario. "El SNS ha sido de los más eficientes a nivel mundial, pero en los últimos años ha caído en el ránking, y yo creo que es consecuencia de la limitación de recursos, pero aun así nos podemos sentir orgullosos", saca pecho el médico, que se pregunta: "¿Qué pasará cuando nos jubilemos los primeros? Pues hay un estaje ahí porque nos vamos bastante, así que ya veremos".
Él rechazaría la opción de retrasar su jubilación, pero sí coincide con Izagoñola de Miguel. "Yo no me acogería a ello, pero también hay otras medidas con la que si incentivarían el retrasar la jubilación y no hacerla forzada, como poder poder limitar la jornada", explica el médico, que ejemplifica cómo es el día a día de un trabajador próximo a jubilarse: "El problema a estas edades es que un día de invierno atendiendo todas las gripes, acabas que no puedes más, estás derrengado físicamente. Empiezas a las ocho y a las tres de la tarde aún tienes cuatro avisos a domicilio en un barrio como el mío en el que hay muchas viviendas de seis pisos sin ascensor, y la verdad es que te preguntas si tu cuerpo y tu cabeza están a punto".
CONFIANZA
Para el médico de Motril, "los jóvenes de ahora están más preparados que cuando nosotros estábamos en su misma situación, son gente que ha tenido que pasar unos filtros que nosotros no,

"La presencia de residentes nos llena de motivación, son muy inteligentes. Confío en ellos para los próximos años"


como las notas de corte. Además han tenido capacidad de acceder a la información por bases de datos electrónicas que nosotros no teníamos". Pese a ello, tienen otras debilidades: "Tiene una contrapartida, y es que no son conocedores de las limitaciones que tienen algunas circunstancias que van a rodear a su quehacer profesional y, sobre todo, tienen un mayor nivel de exigencia en cuanto a sus derechos laborales, algo que está bien y que nosotros éramos más ignorantes, lo que más valorábamos era el tener un trabajo y poder desarrollarlo de acuerdo con lo que creíamos conveniente".
En su opinión, la presencia de residentes en hospitales y centros de salud es "algo imprescindible": "Nos llena de vitalidad y motivación a los que somos aficionados a nuestro trabajo. Son gente muy inteligente, con mucha preparación de base y con un interés máximo. Confío en ellos absolutamente para los próximos años", confiesa el especialista.
Su compañero de Valencia, tutor de residentes, también lanza un capote a los futuros médicos, aunque cree que les falta cierta preparación en algunos aspectos. "Los estudiantes están centrados no tanto en ser médicos sino en aprobar el MIR. Y con un sistema de selección como el actual, puedes saber mucho de MIR, pero no atender al paciente, ese abordaje práctico como la entrevista clínica", desarrolla el médico, que se ha sorprendido con la reacción de algún estudiantes con los que ha tratado en su centro de Salud de Nazaret, donde lleva unos 30 años: "Yo he tenido estudiantes de quinto de Medicina que me han dicho que llevan cinco años estudiando y ahora se enteran de lo que es ser médicos, cuando te acompañan a ver s un paciente. Muchas especialidades están deshumanizadas y es una medicina muy técnica, con poco servicio a los pacientes".
LA VOZ DE LOS JÓVENES
Borja Camacho está a punto de acabar la carrera y pronto dará el salto al mercado laboral sanitario. Delegado de la Facultad de Medicina en la Universidad de Murcia, es conocedor del sentir de los futuros médicos. "Realmente, para los estudiantes de grado la profesión médica se empieza a vislumbrar a través del MIR. A través de nuestras prácticas clínicas intercambiamos impresiones con los residentes -ya que personifican otra etapa de nuestra formación más cercana e inmediata- sobre la vida en el hospital, el compañerismo con otros residentes, la carga de trabajo, la implicación de los tutores, la motivación y el grado de satisfacción con la especialidad elegida, el sueldo...".

Borja Camacho, Delegado de la Facultad de Medicina en la Universidad de Murcia


En sus prácticas, se ha encontrado con médicos experimentados que le han trasladado sus sensaciones. "Por un lado, he conocido a profesionales que por su dilatada trayectoria han adquirido un conocimiento realmente bárbaro que sirve como inspiración y fuente de conocimiento para otros profesionales más jóvenes. De hecho, en mi opinión hay quien puede encontrarse en su mejor momento cuando ''cuelga la bata', sin embargo, también hay quien se encuentra muy quemado y desilusionado por otros aspectos de gestión o incluso políticos o sociales que afectan a la profesión", considera el joven estudiante, que destaca otra cuestión: "Existe una necesidad de ciertos servicios de nutrirse de nuevas ideas en cuanto a la gestión u organización de los mismos: el progreso no siempre implica que los ''viejos' tengan que dejar paso a los 'jóvenes', sino tener voluntad y el propósito de actualizarse y querer mejorar por el bien común, algo que no tiene que estar reñido con la edad", coincide con los médicos.
TODO UN RETO
Para Camacho, "la jubilación del gran número de profesionales que se avecina en los próximos años no debe de verse como algo traumático o irreparable, pero sí plantea un reto", y recapacita sobre su propia experiencia: "He comprobado de primera mano a través de mis prácticas clínicas que las generaciones de médicos de entre 35 y 50 años son realmente excelentes como docentes y como sanitarios: nuestros pacientes pueden confiar en que su salud va a quedar en buenas manos con la siguiente generación".
Eso sí, insta a las administraciones a tomar cartas en el asunto ante la pérdida de grandes profesionales en los próximos años. "Ante las inminentes jubilaciones, las instituciones sanitarias pertinentes tienen que analizar y actuar ante el problema de demografía médica que existe en nuestro país: formamos a muchos médicos y no hay plazas suficientes para todos. No tiene ningún sentido hacerlo si luego un gran número de ellos va a emigrar", reivindica el joven, que lanza una pregunta: "¿Acaso queremos ser la cantera de médicos de Europa y América? La conferencia nacional de decanos lleva años demandando que no se aumente el número de estudiantes de Medicina y que sí lo haga el de plazas para la residencia. Si hay aproximadamente 6700 plazas MIR y se presentan 15.000 personas, ¿qué hacemos con los estudiantes que no obtienen plaza?".
Para él, "la solución está en casa": "Hay que invertir en que los estudiantes puedan seguir desarrollándose, formándose, aprendiendo de todos esos profesionales que están próximos a su jubilación y nutrirse de su sabiduría".
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