S.E.G.O. y Nomenclator Ginecología

06.04.2020

Al final del año 2019 se realizó la actualización del nomenclator de la especialidad de obstetricia y ginecología. 

La finalidad principal de estas actualizaciones es eliminar los actos diagnósticos, terapéuticos o quirúrgicos que van quedando en desuso e incorporar nuevos actos para que el nomenclator gane vigencia y agilidad de uso. 

Este nomenclator tiene aplicaciones tanto en la Sanidad Pública como privada. Por este motivo en los procesos de actualización se tiene en cuenta el criterio de las Sociedades Científicas, pero, no obstante, también hay que oír la opinión de las Asociaciones Profesionales. 

Es un hecho que tenemos una de las Sanidades Públicas más avanzadas y de más alta calidad del mundo occidental. Pero también es un hecho que, especialmente en los últimos años, tras la crisis de 2008; la Sanidad Pública tiene como principal objetivo la economización en costes. Esta situación confronta directamente con la Sanidad Privada, en concreto, la desarrollada, no por los Grandes Grupos Hospitalarios que comulgan en criterios con la Sanidad Pública, especialmente en aquellos intereses que son compartidos. Si no por los Pequeños Autónomos y Empresarios Médicos, que actualmente representan la esencia y el último reducto de la Profesión Médica como Profesión Liberal. Y a los que los Colegios de Médicos deberían de escuchar y cuidar con especial interés. Esta Sanidad tiene como objetivo principal la excelencia y la satisfacción de su cliente-paciente. Es por esto que no se rige por estrictos criterios de ahorro de gastos, anteponiendo el alcance de un objetivo asistencial más elevado. 

Para estas Sociedades Profesionales ha sido una sorpresa, y no agradable por cierto, el ver como la estructuración del baremo se concretaba sin su participación y opinión. 

El resultado ha sido la eliminación de 33 actos médicos y quirúrgicos, Alguno de ellos claramente obsoleto, pero otros con vigencia actual, al menos en el ámbito de la Sanidad Privada. En compensación se han incluido como 9 o 10 actos nuevos que en definitiva son insuficientes para paliar el abanico terapéutico que se ofertaba antes de la actualización. 

Uno de los actos cuya eliminación ha supuesto una gran controversia para las Asociaciones Profesionales, ha sido la eliminación de la ecografía obstétrica. 

Es un hecho que el control obstétrico tiene perfiles de trabajo diferentes en la Sanidad Pública y Sanidad Privada, debido también a que el perfil del cliente-paciente al que van dirigido estos controles es diferente. 

En resumen, la desaparición de este acto del nomenclator y por lo tanto del baremo de las compañías está suponiendo un serio revés para el profesional liberal que, valientemente en los tiempos que corren, intenta mantener abierta una consulta y el sueldo de su personal auxiliar. La eliminación de la ecografía obstétrica pone al profesional delante de un triple dilema:  

O bien se limita a la realización de los controles ecográficos fijados por la Sociedad Científica, cosa no bien acogida por el perfil del paciente que acude a nuestras consultas. 

O bien realiza los controles sin compensación económica por la compañía, lo que pone en peligro su sostenibilidad empresarial. 

O bien carga su costo a la paciente, lo que también es fuente de conflicto. 

Ninguna de estas soluciones es plausible. En definitiva, una decisión arbitraria de la S.E.G.O. ha generado un problema donde no lo había. 

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